Las alergias primaverales no discriminan entre los jóvenes y los ancianos. Pero la diferencia es que una alergia que en una persona joven no pasa de ser una gran molestia puede ser fatal en una persona mayor. Y es que una alergia primaveral en ancianos puede mimetizarse con otros síntomas de enfermedades más graves, por lo que quienes conviven con gente de edad deben estar atentos a síntomas como los estornudos, la tos, la congestión, la secreción nasal, las sibilancias respiratorias y el picor de ojos.
Igualmente, ciertas dermatitis en ancianos pueden deberse a alergias en la piel o ser provocadas por trastornos autoinmunes o procesos infecciosos. Conque veamos qué tenemos que hacer para paliar los efectos de las alergias en nuestros mayores y evitar confundirlas con otros trastornos de mayor gravedad.
Informar al médico
Hasta para un médico experimentado puede ser complicado diferenciar entre una simple alergia y un problema de salud más importante.
Los síntomas de la alergia en un anciano pueden pasar fácilmente a un segundo plano frente a otros más importantes como el dolor, la depresión y los cambios en el estado mental debidos a otras enfermedades. Además, los pacientes con demencias u otras disfunciones cognitivas pueden ser incapaces de expresar el malestar que sienten.
Por lo tanto, si sospechamos que un ser querido de edad avanzada puede tener alergias, no dudemos en solicitar una consulta médica antes de hacer nada por nuestra cuenta.
Actuar con rapidez
Las alergias primaverales son susceptibles de provocar un gran impacto en la vida y la salud de los ancianos: de hecho, los síntomas de la alergia como la congestión nasal, la tos y la irritación de la garganta pueden ser muy peligrosos para las personas mayores con problemas cardiovasculares o enfermedades pulmonares preexistentes.
Por eso tenemos que actuar de inmediato para que sea el médico quien decida si se trata o no de una alergia primaveral en ancianos y la forma de abordarla terapéuticamente.
Evitar recurrir por nuestra cuenta a los antihistamínicos de primera generación y a los corticoides
Ante la tentación de utilizar algún medicamento para alergias respiratorias sin prescripción médica, lo mejor que podemos hacer es desechar la idea. Esto es válido incluso si el medicamento ha sido recetado por un doctor en una ocasión anterior. La norma es acudir al médico primero y administrar los medicamentos después.
Algunos antihistamínicos de primera generación como la difenhidramina y la clorfeniramina tienen efectos secundarios que incluyen ansiedad, confusión, sedación, somnolencia, retención de orina, sequedad de boca, sequedad ocular y mareos.
Por si fuera poco, todos los antihistamínicos pueden originar interacciones con otros medicamentos prescritos habitualmente a los ancianos.
Lo mismo puede decirse de los corticoides: debido a sus numerosos efectos secundarios, jamás deben administrarse a una persona mayor sin la correspondiente prescripción facultativa.
¿Y qué remedios naturales podemos usar para aliviar los síntomas de la alergia primaveral en ancianos?
Si los síntomas son leves, como pueda ser un picor de piel en personas mayores de intensidad moderada, podemos lavar la zona afectada con solución salina o jabón de pH neutro y posteriormente aplicar una crema hidratante hipoalergénica.
En el caso de una alergia respiratoria, la única solución paliativa eficaz es la inhalación de vapores de hierbas descongestionantes, caso del eucalipto.
No caigamos en la tentación de intentar paliar una alergia en un anciano con algunos remedios que podemos encontrar por internet. La mayoría de ellos no tienen base científica y algunos podrían tener efectos colaterales si la salud general de la persona mayor es delicada.
En la siguiente lista, enumeramos algunos de los supuestos remedios naturales para las alergias que debemos evitar usar en el caso de personas de edad:
- Jengibre
- Cúrcuma
- Ajo
- Vinagre de manzana
- Infusión de ortiga
- Aceites esenciales de cualquier tipología
Recordemos siempre que el mejor remedio casero o natural para una alergia primaveral es adoptar todas las medidas de prevención posibles. Veámoslas:
Medidas de prevención de la alergia primaveral en ancianos
Las alergias estacionales se desencadenan por el aumento de alérgenos en el ambiente, como las esporas de hongos y mohos, el polen e incluso algunas hierbas. Minimizar la exposición a estos alérgenos es una forma obvia de evitar las molestas reacciones alérgicas.
Y ahora que ya estamos familiarizados con ellas, ¿por qué no ponerle a la abuela alérgica una mascarilla FFP2 cuando salga de paseo en primavera? Esto, además, protegerá a la abuela o al abuelo de posibles agravamientos de sus trastornos respiratorios a causa de la polución ambiental y de contagios de otras enfermedades infecciosas.
Adicionalmente, el uso de gafas de sol es una medida muy eficaz para minimizar el riesgo de alergias oculares.
Y otra pauta de lo más recomendable es ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa para evitar introducir en ella alérgenos adheridos que puedan provocar brotes en las personas mayores.
Evitemos abrir las ventanas en los días de primavera o cuando hay demasiada polución ambiental. Y asegurémonos de que si disponemos de aparatos de climatización estén equipados con filtros de partículas de alta eficacia (HEPA).
Y más allá de las alergia primaverales, los ácaros del polvo también son una frecuente causa de alergias en ancianos: mantengamos la higiene en los colchones y utilicemos un spray específico para eliminarlos.
Para erradicar los ácaros de moquetas, alfombras y tapicerías son muy eficaces las aspiradoras que utilizan un sistema de tanque de agua, como la conocida Rainbow.