A la hora de elegir una residencia de ancianos, no solo hemos de fijarnos en las instalaciones, los equipamientos y los servicios de asistencia funcional y médica. Un servicio imprescindible es el de terapia ocupacional en ancianos, algo indispensable para retrasar la pérdida de capacidades cognitivas de los ancianos, ayudarles a valerse por sí mismos y mejorar su estado de ánimo y su autoestima.
¿Qué se entiende por terapia ocupacional en ancianos?
La terapia ocupacional es un tipo de terapia diseñada para ayudar a los ancianos a desarrollar, mantener o recuperar las habilidades necesarias para realizar las actividades rutinarias que exige la vida diaria.
Cada persona mayor es diferente, por lo que cada tratamiento de la terapia ocupacional dependerá de sus necesidades específicas. Por ejemplo, una persona de edad con la enfermedad de Parkinson requerirá una terapia ocupacional totalmente diferente a la de un anciano que se esté recuperando de una lesión por caída.
Veamos los beneficios que aporta a los ancianos la terapia ocupacional y qué métodos utilizan los terapeutas ocupacionales para conseguirlos:
Beneficios de la terapia ocupacional en ancianos
1. Superación de los retos que supone para el anciano la vida cotidiana, mejorando su autoestima y sus habilidades sociales
La realización de las actividades más sencillas supone un auténtico reto para muchos ancianos: asearse, vestirse, comer, caminar o ir al baño pueden convertirse en un suplicio para ellos.
Estas situaciones llevan a que las personas mayores se sientan frustradas, avergonzadas e incluso deprimidas. La consecuencia directa es que tienden a ser menos propensas a socializar con otras personas y a realizar actividades, lo que lleva al aislamiento y acelera el deterioro cognitivo.
Mediante la terapia ocupacional, el anciano aprende y ejercita rutinas y técnicas especialmente destinadas a que pueda volver a realizar, sin ayuda externa, las tareas básicas cotidianas.
2. Mejora del equilibrio y prevención de caídas
Los terapeutas ocupacionales saben cómo enseñar a los ancianos técnicas y ejercicios especialmente diseñados para fortalecer los músculos, mejorar el equilibrio y prevenir futuras caídas.
3. Minimización de los problemas derivados de la falta de vista
La terapia ocupacional también puede ayudar las personas mayores con problemas de visión: el terapeuta puede realizar actividades para mejorar la visión perceptiva, la detección de patrones visuales y la conciencia visual del paciente.
Además, ofrecerá sugerencias para que el entorno del paciente se adecue a los problemas de visión del mismo, como:
- Eliminar obstáculos susceptibles de provocar tropiezos o caídas y cambiar la disposición de muebles y otros objetos.
- Codificar por colores los objetos del anciano para que pueda identificarlos.
- Aumentar la iluminación artificial del entorno residencial de la persona mayor.
4. Ralentización e incluso reversión de la pérdida de memoria
Los terapeutas ocupacionales desempeñan un papel fundamental a la hora de ayudar a las personas mayores a recuperar las habilidades de memoria.
Las técnicas incluyen la realización de actividades intelectuales como juegos con rompecabezas, crucigramas sencillos, ejercicios de preguntas y respuestas, puestas en común con otros ancianos y la repetición sistematizada de rutinas cotidianas.
5. Mejora funcional del entorno residencial del paciente
El terapeuta ocupacional es quien mejor conoce las limitaciones físicas e intelectuales del anciano al que trata. Por tanto, es el más indicado para indicar sugerencias destinadas a fomentar su vida autónoma y mejorar la funcionalidad de la habitación de la residencia o del hogar del anciano, si es que este recibe la terapia en una residencia de día.
Algunos ejemplos son:
- Uso de sillas o camas articuladas y automáticas
- Sistemas de alerta electrónica, a utilizar por el anciano en casos de caída o emergencia
- Barras de sujeción y elementos de referencia visual
- Suelos antideslizantes
- Eliminación de escalones y su sustitución por rampas
La labor del terapeuta ocupacional incluye entrenar a la persona mayor para que utilice con soltura todas las ayudas y dispositivos funcionales, logrando que tenga autonomía para realizar la mayoría de las tareas por sí solo.
En definitiva, el objetivo primordial de la terapia ocupacional en ancianos es ayudar a los pacientes a mantener o recuperar la máxima independencia posible, mediante una combinación de técnicas de atención, apoyo, estimulación cognitiva y socialización.
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