Cuando se habla del excesivo tiempo que algunas personas pasan ante una pantalla, solemos pensar en jóvenes enganchados a las nuevas tecnologías o en personas que por su trabajo están obligados a estar toda la jornada laboral mirando a un ordenador. Pero pocos se dan cuenta de que también hay muchas personas de edad avanzada que se pasan prácticamente todo el día delante de una pantalla de TV. Estas personas mayores son más susceptibles que los jóvenes y los adultos a los efectos negativos que para su salud puede tener una excesiva exposición a ellas. En este artículo te mostraremos cuales son los riesgos del excesivo uso de pantallas en mayores y cómo evitarlos.
La televisión, un factor de riesgo para la salud de las personas de mucha edad
Los ancianos no tienen problemas de adicción a las redes sociales, al móvil ni a los juegos en línea. De hecho, son poco proclives a utilizar dispositivos electrónicos: no se manejan bien con ordenadores ni tablets y suelen utilizar móviles para mayores con teclado físico, lo que les permite poco más que realizar y recibir llamadas telefónicas.
Pero sucede lo contrario con uso de pantallas de televisión: son legión las personas de mucha edad que consumen gran parte la jornada sentados a muy poca distancia de una pantalla de TV, y muy especialmente aquellos que viven solos o que tienen dificultades serias de movilidad.
Conozcamos las consecuencias de pasar demasiado tiempo frente a la pantalla y qué podemos hacer para evitar que esto deteriore la salud ocular o agrave las enfermedades neurológicas y crónicas de nuestros mayores.
Riesgos para la salud del uso de pantallas en ancianos
Estos son los riesgos que corren las personas de mucha edad que pasan excesivas horas ante la pantalla de su televisor:
Tensión física en los ojos y en el cuerpo
Pasar muchas horas mirando una pantalla de cerca no sólo fatiga los ojos de los ancianos, sino que también puede provocar sequedad ocular, visión borrosa e incluso daños en la retina. Como lo habitual es que su vista ya sea mala, esto puede empeorar notablemente su salud ocular.
Además, la rigidez postural puede causarles rigideces y dolores, especialmente en piernas, cadera, columna vertebral y cuello, sin descartar el agravamiento de los posibles problemas de circulación.
Problemas para conciliar el sueño
Como sucede con las personas jóvenes y adultas, los ancianos también son susceptibles de tener dificultades para dormirse tras una larga sesión ante la pantalla.
Este problema puede evitarse desconectando el televisor una hora u hora y media antes de la hora de acostarse.
Mayor riesgo de obesidad y de atrofia muscular
Ver continuamente programas, telediarios, series y películas es una actividad pasiva y sedentaria que contribuye al aumento de peso y a la atrofia muscular. No olvidemos que la segunda se desarrolla de forma natural en las personas de edad.
Reducir el visionado en dos o tres horas diarias puede disminuir estos riesgos, que no evitarlos completamente. Pero poco conseguiremos si el anciano permanece sentado y aburrido en su sillón.
Disminución de la capacidad cognitiva
Una de las consecuencias más temibles es el efecto sobre la salud mental de los ancianos. Está comprobado científicamente que el excesivo uso de pantallas altera las estructuras cerebrales. Ello deriva en menor capacidad de concentración, así como disminución de la memoria y de la capacidad de raciocinio.
Esto resulta especialmente preocupante en el caso de los ancianos. Ellos ya sufren esos efectos como una consecuencia natural del envejecimiento y ver la televisión durante muchas horas los potencia.
Pérdida de habilidades sociales
El visionado continuo de televisión provoca que los ancianos se aíslen y pierdan con rapidez las habilidades de interacción social. Y no olvidemos que las relaciones sociales son fundamentales para ralentizar el deterioro cognitivo.
Cómo minimizar los riesgos derivados del uso de pantallas
Por desgracia, en la mayoría de las ocasiones no podremos proponer a los ancianos que realicen ciertas actividades alternativas a ver la TV. La lectura o la realización de crucigramas u otros pasatiempos quedan lejos de sus expectativas. Su falta de agudeza visual o la pérdida de capacidad cognitiva suelen ser los principales impedimentos.
Además, estas actividades exigen un sobreesfuerzo intelectual para el que muchas personas de edad ya no están preparadas.
Por lo tanto, la única salida que queda en casi todos los casos es la de entretener a nuestros mayores con actividades con terceros Así, pasear, jugar a las cartas o charlar tomando un café en la terraza de un bar son interesantes alternativas al uso de pantallas.
Para ello, las alternativas no son muchas:
- Implicarnos personalmente en esas actividades, si es que tenemos tiempo para hacerlo
- Contratar a un auxiliar que se encargue de acompañar al anciano en una salida diaria matutina y otra vespertina
- Utilizar los servicios de un centro de día para ancianos
Y si no disponemos de tiempo ni de capacidad económica para adoptar ninguna de estas soluciones, poco más podremos hacer. Es muy recomendable en cualquier caso colocar un filtro en la pantalla que proteja la vista de nuestras personas mayores para protegerles de los efectos nocivos.
Imagen destacada: DCStudio